lunes, diciembre 11, 2006

Timidez

La timidez es una emoción social que afecta a cómo siente, piensa y se comporta una persona. La timidez hace que nos sintamos incómodos, cohibidos, asustados, nerviosos o inseguros ante los demás. Cuando a una persona le asalta la timidez, se reprime de decir o hacer cosas porque le preocupa cómo podrían reaccionar los demás. La timidez también puede ir acompañada de sensaciones corporales, como ponerse rojo, temblar, tener náuseas o quedarse sin habla o sin respiración.

La timidez nos suele asaltar en determinados tipos de situaciones sociales - como el primer día de clase, cuando conocemos a gente nueva, cuando iniciamos una conversación con alguien que nos atrae o cuando hacemos una exposición oral en clase. Es más fácil que nos sintamos tímidos en situaciones donde no estamos seguros de qué va a ocurrir o cómo reaccionarán los demás, o cuando sabemos que todas las miradas van a posarse en nosotros. Es menos probable que nos sintamos tímidos en situaciones en que sabemos qué podemos esperar, qué debemos hacer o decir, y cuando estamos entre gente conocida.

Hay gente más tímida que otra. Una persona puede ser un poco tímida, medianamente tímida o extremadamente tímida. A algunas personas que son un poco o medianamente tímidas les entra la timidez sólo en determinadas circunstancias. A estas personas, la timidez les hace sentirse incómodas al principio, pero la suelen vencer al cabo de unos minutos. A menudo aprenden a luchar contra esa timidez inicial, conscientes de que, en cuanto entran en calor, al familiarizarse con la gente nueva o la nueva situación, superan esa reacción inicial.

Pero a las personas extremadamente tímidas les cuesta mucho vencer esa timidez inicial, lo que les lleva a evitar muchas situaciones sociales, tener graves dificultades para hacer nuevas amistades o evitar probar cosas nuevas. A la larga, esto puede interferir con su confianza en sí mismas y su autoestima.


¿Qué provoca la timidez?
La timidez leve o moderada es como cualquier otra emoción - al igual que la alegría y la tristeza, la timidez puede ser una parte de cómo experimentamos las cosas y reaccionamos ante ellas. Pero hay otros factores que también pueden influir sobre la timidez:
¿Qué puedes hacer con la timidez?
La buena noticia es que nadie está predestinado a ser tímido. Las personas con temperamento tímido pueden superar la timidez. Las viejas pautas de conducta y las malas experiencias pueden ser sustituidas por experiencias nuevas y positivas que les enseñen nuevas habilidades. Si eres una persona tímida, la clave para superar tu timidez consiste en rodearte de buenas personas.

La forma en que la gente reacciona ante una persona tímida puede cambiar profundamente las cosas. Cuando uno es tímido, el mero hecho de que alguien lo entienda y lo acepte es sumamente importante. Esa persona puede ser un padre, un hermano, un tío, un primo, un profesor, un psicólogo o su mejor amigo. Saber que hay alguien que te apoya mientras tu vas avanzando pasito a pasito puede ayudarte a superar la timidez.

Los buenos amigos y los familiares que te apoyan sabrán ayudarte a afrontar las nuevas experiencias a tu propio ritmo. Los amigos que te aprecian de verdad también sabrán que no deben sobreprotegerte. El hecho de proteger a alguien de determinada experiencia no le enseña a afrontarla. La gente sobreprotectora te está enviando el mensaje de que la experiencia es excesiva para una persona tan tímida como tú -aunque no lo crea realmente. ¡Esto no es precisamente algo que fomente la confianza a en uno mismo!

He aquí algunos consejos que te pueden ayudar si tienes problemas de timidez:


Cuando la timidez es extrema
Nada menos que en una de cada diez personas, la timidez es tan fuerte como cualquier miedo intenso. Estas personas pocas veces se sienten cómodas cuando están con otra gente y pueden sentir una gran ansiedad en prácticamente cualquier situación social. Una timidez leve puede llevar a una persona a ponerse como un tomate y a desear refugiarse bajo la mesa cuando mete la pata en clase. Pero la timidez extrema puede interferir con la capacidad de una persona para hablar en clase. Una persona extremadamente tímida puede pasarse toda la clase sin prestar atención por lo mucho que le preocupa que el profesor pueda preguntarle algo.

La timidez extrema puede hacer que una persona se sienta tan a disgusto en una fiesta o tenga tanto miedo de no saber qué decir en una comida que acabe por evitar completamente tales situaciones. Este tipo de timidez extrema se conoce como fobia social. Como otras fobias, la fobia social es una reacción de miedo ante algo que realmente no es peligroso, aunque tanto el cuerpo como la mente reaccionan como si el peligro fuera real. Una persona con fobia social que tiene terror a que un profesor le pregunte en clase puede dejar de ir a clase.

Cuando una persona es extremadamente tímida o le da tanto miedo hablar con los demás que deja de hacerlo en el colegio o instituto, con determinadas personas o en determinadas situaciones sociales, padece el tipo de fobia social conocido como mutismo selectivo. Esto significa simplemente que la persona no habla (mutismo) en determinadas situaciones pero sí en otras (selectivo). Las personas que se ponen demasiado nerviosas para poder hablar porque padecen fobia social o timidez extrema pueden mantener conversaciones completamente normales con aquellas personas con quienes se sienten cómodas (como sus padres o hermanos, o su mejor amigo) o en determinados lugares (por ejemplo, en casa). Pero otras situaciones sociales les provocan un malestar tan extremo que se quedan completamente sin habla.

A pesar de que evitar las situaciones que desencadenan la fobia social puede parecer un alivio al principio, en el fondo, con ello sólo consigue empeorar las cosas. Cuanto más evite una persona las situaciones problemáticas, más miedo le darán. Esa persona podría ir evitando cada vez más situaciones sociales hasta acabar completamente sola y asilada en su casa.

Debido a la intensidad de los sentimientos implicados en la timidez extrema, intentar superarla solo puede ser mucho más difícil que hacerlo con ayuda. Las personas con fobia social o mutismo selectivo a menudo necesitan la ayuda de un experto para hablar sobre sus dificultades y ayudarles a encontrar soluciones a sus problemas. Los psicoterapeutas especializados en el tratamiento de la timidez no sólo pueden enseñar a una persona tímida nuevas habilidades sociales, sino también a controlar la ansiedad y a reducir el estrés asociado a la fobia social.

Suprime "el evitar"
¿Qué te pasa cuando vas a entrar en una piscina y encuentras el agua muy fría? Si te tiras inmediatamente, te olvidas enseguida de lo fría que está de lo bien que te lo pasas nadando. Imagínate que la próxima vez ni siquiera metes el pie porque te dices a ti mismo: "seguro que está fría, ¡me voy a congelar!". Eso es la evitación. Es lo mismo que pensar en decirle algo al entrenador y después echarte atrás porque crees que podrías pasar vergüenza al hacerlo. ¿Sabes una cosa? Tal vez te dé un poco de vergüenza al principio, pero puedes hacerlo.

Volvamos a la piscina. ¿Qué ocurre cuando te tiras de golpe al agua fría? Al cabo de un rato, ya no la encuentras tan fría, no sólo porque el agua se ha calentado un poco, sino sobre todo porque tú te has acostumbrado a su temperatura. Con la timidez ocurre lo mismo. Si permaneces en una situación, te habitúas a ella y entras en calor. Pero entrar en calor no sólo es cuestión de resistencia. Si una persona se queda completamente inmóvil dentro del agua fría, probablemente empezará a temblar y no se calentará mucho. De ahí la similitud entre la piscina y una situación social. Para calentarte, tendrás que estar un poco activo, movilizando tus habilidades sociales. Habla, sonríe, di algo (¡cualquier cosa!), y recuerda tus puntos fuertes. No es fácil, pero merece la pena. Después de todo, el chico bueno de preciosos ojos verdes tal vez quiera hablar contigo - pero es demasiado tímido para dar el primer paso.

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